Hace ya 14 años que esta experiencia de Pascua se lleva realizando y es referente para la CVX aquí, en España. Yo tuve la suerte de atender en 2018, y debido al gran recuerdo de aquel año, animé a mi mujer a ir juntos a vivir allí los días Santos, y la verdad es que resultó un acierto, ya que esta Pascua reúne una serie de características que la hacen única. A continuación os contamos:
La primera de ellas, y la principal, es que es una gran facilitadora de la experiencia de encuentro con Dios y el acompañamiento a Jesús durante estos días. La Semana Santa es el momento más crucial en el año del cristiano, y es un privilegio poder vivirlo en un marco tan cuidado como este. Las razones que siguen, son causantes de ésta.
La segunda es la maravillosa sensación de bienvenida y servicio que ofrece la comunidad de Salamanca. Te hacen sentir como en casa en todo momento, y se desviven para hacer que quien acude a la experiencia, sólo esté pendiente de ella. Un EJEMPLO de comunidad al servicio de los otros (aprovechamos para mandarles un abrazo grande a todos ellos).
La tercera es que da gusto que esté pensada para las familias, y eso no es algo que ocurra en todos sitios. Los más pequeños disfrutan de actividades adaptadas a su edad mientras los menos pequeños disfrutamos de tiempos personales, pero luego nos juntamos todos en las comidas y algunas celebraciones, y sin duda, los peques le dan toque genial a la estancia.
La cuarta sería unos puntos para la oración durante la mañana en clave de Ejercicios, donde un experto como Chencho sj., nos centraba perfectamente el día, y daba pinceladas para respirar y estar atentos a las llamadas y mociones que puedan venir. Palabras como: oración, gracia, fragilidad, agradecimiento, camino, ordenar/me, vivir con pasión, estar presente, sufrimiento, soledad, autenticidad, libertad, perdón, “in albis”, fe, esperanza, caridad, hágase, comunidad, nuestra Galilea… y mucha más, van dirigiendo nuestro camino durante estos días.
La quinta es que las celebraciones en su mayoría, son en la Parroquia, por lo que nos integramos con el resto de los feligreses que allí acuden, y no sólo nos enriquecemos por el oficio concreto, sino por la diversidad de la propia Iglesia allí presente. Hemos vivido otras experiencias como solemos denominar “más estufa”, donde “sólo estás con los tuyos”, y bajo nuestro punto de vista, y el de la mayoría de los que asistimos, esta Pascua compartida con todos es un plus.
La sexta es el compartir en grupos pequeños los frutos de la oración y las mociones que van apareciendo durante los distintos días. Poder sentirse en familia y abrir tu corazón para hablar de lo que por él está pasando, y lo que la Pascua te va tocando y moviendo es todo un regalo y una semilla que plantamos los unos en los otros. Si algo agradecemos a la Compañía de Jesús, es que tiene ese lenguaje ignaciano, que vayas donde vayas, si te encuentras alguien que también lo hable, te hace sentir en familia.
La séptima, también como ayuda a la experiencia, serían las distintas oraciones y actividades preparadas por los asistentes para la mañana, la noche, vía crucis, visita al museo sin hogar, etcétera. Las diferentes maneras que tenemos de acercarnos al misterio de estos días hacen que ampliemos la mirada, y que descubramos nuevas sensibilidades.
La octava, por qué no, el tener cierto tiempo para disfrutar un poco de Salamanca y sentarnos en alguna de sus terracitas a tomar un algo más descansadamente y conectar en clave de Pascua, o hablando sobre lo más cotidiano, con los compañeros de experiencia.
Otro punto que nos gusta, el noveno, es que todos los días tienen su ratito de servicio en grupos, recogiendo, limpiando y poniendo el comedor. Pudiera parecer que no, pero se comparte también con la gente en otra tesitura, y ayuda también a hacer piña ese trabajar en equipo.
La décima razón es la propia casa. Es amplia, cómoda, acogedora, con una bella capilla, los espacios necesarios para todo lo que se pueda pedir, y unos jardines por los que es una delicia caminar mientras rezas, reflexionas o simplemente disfrutas de la naturaleza.
El +1, lo ponemos porque si uno quiere, puede acercarse a ver las procesiones (Gracias Chuchi por recomendarnos y acompañarnos), y esta es otra manera bien bonita y diferente de meterte en el ambiente de Semana Santa. Diferentes pasos, el silencio, las bandas, la ciudad… Te conectan y emocionan a partes iguales. Pese al inconveniente que te hacían dormir menos (por el ritmo de la experiencia, atendíamos a la noche), ambos las hemos disfrutado mucho.
Con todo esto que os comentamos, sólo deciros que la Buena Nueva del Señor Resucitado ha sido estos días, más aún, un regalo en Salamanca. El recorrido en lo personal, y a su vez la riqueza de compartirlo con gente tan excepcional, hacen que hayamos vuelto sumamente agradecidos.
¡Feliz Pascua de Resurrección Familia!
Eduardo Martín Hermana (CVX Nuestra Señora de Covadonga – Gijón)
Sarah Gabra (CVX Cairo)


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