El domingo 18 de junio se celebró la jornada lúdica- fin de curso de CVX en Madrid.

A la tradicional paella organizada por Caná desde tiempo inmemorial, se unieron las comunidades de Galilea y Padre Arrupe.

Ya, desde muy temprano, la Comunidad Padre Arrupe aprovechó el encuentro para celebrar su Asamblea, y… mientras llegaba el resto…, los maestros paelleros organizaban los fuegos para que los ingredientes estuvieran a punto a medio día.

Así fue, pues la insuperable paella estaba tan rica, que a continuación, tanto pequeños, como adultos disfrutamos de unos ocurrentes juegos, que nos llevaron a compartir y divertirnos juntos.

La Eucaristía la presidió nuestro querido Jaime Badiola, que como siempre, acertaba acompañándose de monaguillos de muy temprana edad, quienes inspiraban la ternura de mayores y medianos en medio de la celebración.

Jaime nos animó a expresar aquello que nos une.

Tanto la Comunidad Padre Arrupe, como las de Galilea y Caná coincidimos en que nuestra identidad, nuestra vocación y nuestra disponibilidad para ser enviados son los elementos que nos hacen estar elaborados de los mismos mimbres y nos configura como una única Comunidad en nuestra ciudad, donde hay mucha mies, como nos inspiraba el Evangelio del día.

Reflexionábamos sobre:

nuestra identidad como cristianos… de todas las edades y condiciones sociales,  que deseamos seguir más de cerca a Jesucristo y colaborar con Él en la construcción de su Reino,

nuestro deseo de vivir esta llamada en comunidad… -a través de nuestras reuniones en los grupos de vida, usando los medios aprendidos en los Ejercicios y sintiéndonos unidos a otras comunidades a lo largo de todo el mundo-

y también que nuestra opción por transmitir lo que tenemos a los más necesitados, nos hace sentirnos pertenecientes a un mismo cuerpo.

En este sentido se comentaron los cambios ocurridos en la Diócesis de Madrid, manifestando estar preparados para lo que se precise de nuestras personas y grupos.

Probablemente podamos ser humilde referencia, en una ciudad donde mucha gente busca sentido para sus vidas.

Fue un acontecimiento especialmente de hermandad, y encuentro, y se pidió por parte del presidente de Caná, que la celebración de “la paella” debe seguir cada año, pues no es sólo un acontecimiento culinario, sino un encuentro para hacer visible nuestra unión y nuestra disponibilidad.

Antonio Martínez    CVX Caná en Madrid