Mira cerca, muy cerca, observa a aquellos que conoces bien, a tu familia.
Cada uno de ellos tiene también sus propias cruces, cosas que les cuestan, que no les van bien en la vida.
Brinda tu apoyo a esta primera comunidad que te acogió y te enseñó a amar. Encuentra una forma sencilla de hacerles llegar tu apoyo.
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