Todos formamos parte de la sociedad en la que vivimos y en ella cumplimos una función. Los niños jugar y aprender, los adultos trabajar, los mayores descansar y testimoniar valores y actitudes…
Así pues, cada vez que haces bien tu trabajo, tu estudio, tu testimonio, con honestidad y esfuerzo, sirves a cada uno de tus hermanos y al mundo, de la mejor manera que pueden entregarse las personas.
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