Qué fácil es estar de acuerdo cuando pensamos lo mismo, cuando tenemos unos criterios similares, sin embargo, cuánto cuesta aceptar que hay personas que tienen otra forma de vivir, de sentir, de situarse en el mundo. Tener diferentes criterios ante una misma realidad podría ser una fuente de enriquecimiento, sin embargo, en ocasiones, supone una fuente de conflictos. Y el conflicto crece cuanto más cerca estamos de esas personas que piensan diferente.
Necesitamos entrenar la mirada para tener una mirada contemplativa que nos enseñe a encontrar a Dios habitando en todas las cosas. Contemplar la belleza en medio del conflicto, contemplar la riqueza que habita en las distintas personas que viven a nuestro alrededor. Esta es la mirada contemplativa que necesitamos para transformar el mundo.
¡Entrenemos nuestra mirada! En aquellas situaciones en las que percibes alejamiento de posturas, de criterios, formas de sentir y pensar que se alejan de tus planteamientos, ¡párate y contempla esas personas, esas situaciones! Pide la generosidad de ampliar tu mirada, tus horizontes, y busca puntos de encuentro que te ayuden a acercar posturas, a comprender planteamientos y respetar decisiones.
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