Eran las diez de la mañana cuando, hacer un par de domingos, sorteando el temporal de lluvia y viento, los once miembros de nuestra comunidad en Jerez, José Antonio Suffo -nuestro guía-, Kiko sj -nuestro asistente-, las dos niñas de Ana y Jesús y Laura -nuestra fiel guardesa-, íbamos llegando a El Puerto para celebrar nuestra tradicional asamblea de inicio de curso.
Por delante nos esperaba un ambicioso plan de trabajo: acoger los informes, elaborados por nuestro Consejo; compartir las alegrías, desánimos y mociones que nos suscitaran; y elaborar, a partir de todo lo escuchado, las recomendaciones que orienten este nuevo curso.
Después de pedir la ayuda del Espíritu en la oración, dedicamos la mañana a mirar hacia atrás. Juntos reconocimos agradecidos cómo el Señor sigue haciendo su camino en nosotros y nos regala la capacidad de permanecer en medio de las dificultades, nos hace crecer en sentido de misión común y nos sigue enseñando a acompañarnos en nuestra vida y servicios concretos.
Después de disfrutar de la comida, se nos invitó a mirar hacia adelante. Hubo una gran sintonía en señalar la comunicación de bienes, el acompañamiento a las personas que deciden dejar la comunidad y la revisión de nuestro proyecto apostólico, como algunos de los retos que se nos plantean.
Al final de la tarde, la evaluación del día, la celebración de la Eucaristía y el envío de las personas que renovaban o asumían nuevos servicios comunitarios, nos llevaron a despedirnos con el corazón lleno de un profundo agradecimiento, una gran apertura y una enorme esperanza ante lo que este nuevo curso abre ante nosotros.
Os enviamos un fuerte abrazo desde este rinconcito de nuestra geografía.
Yolanda Morales
CVX en Jerez



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