Por la mañana se presentó este proceso en una rueda de prensa que contó con la participación de Periko Pérez Arróspide (Presidente de Fundación FIARE), Peru Sasía (Director del Proyecto), Juan Garibi (Director de Operaciones y miembro de CVX en Durango) y representantes de todas las redes territoriales que se integran en el nuevo Consejo de Administración: Joan Comas (Associació Proyecto Fiare a Catalunya), Beatriz Fernández (Asociación Fiare Centro) Gonzalo Rodríguez (Asociación de Apoyo a FIARE de Euskadi), Carlos Rey (Asociación Proyecto Fiare Navarra), Raúl Contreras (Asociación Fiare Xarxa Valenciana), Samuel Chaves (Asociación Banca Ética Fiare Sur). Asistió, también, Carmele Burzako de la red de Castilla-León que próximamente se integrará en el proceso.
En la presentación se resaltaron la líneas sobre los que se asienta el proyecto que pretende “avanzar en la consolidación de una cooperativa de crédito que ponga el ahorro al servicio del desarrollo de las sociedades y no de la especulación financiera, como se ha producido”. No fue la única referencia a la coyuntura económica actual, “es en medio de esta crisis económica y financiera global, en la que el desempleo, la precariedad y la exclusión crecen y mientras los gobiernos acuden al rescate de las instituciones bancarias, cuando mejor se visualiza los contenidos de esta apuesta ética y socialmente transformadora”. Una iniciativa que también demuestra que son falsas las acusaciones que malintencionadamente se proyectan al considerar que los movimientos sociales no son capaces de articular redes densas, plurales, organizadas y comprometidas o que, menos aún, son capaces de proponer y desarrollar alternativas en la esfera económica.
El Proyecto FIARE es una propuesta de intermediación financiera que persigue la transformación social a través de la financiación de actividades colectivas cuyo impacto social sea transformador, apoyando proyectos sociales, ecológicos y culturales que favorezcan el desarrollo humano en nuestra sociedad y en el mundo. Se pretende posibilitar que la ciudadanía apoye con sus ahorros dichas actividades, decidiendo el uso que de éstos hace la entidad financiera y excluyendo inversiones especulativas o de apoyo a actividades asociadas al mantenimiento de la injusticia. Un banco en manos de la ciudadanía y de sus organizaciones sociales, cuyo funcionamiento se basa en los principios de la participación, la cooperación y la transparencia.
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