El grupo MED de CVX en torno al 8 de Marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, ha querido realizar una “campaña” sobre el tema del liderazgo femenino dentro de la propia CVX.
El fin no era otro que propiciar la escucha y la reflexión para suscitar el diálogo en torno al tema del liderazgo femenino que dentro de la iglesia es muy deficitario al ser las mujeres privadas del ejercicio de los ministerios eclesiales y por su falta de participación en los puestos de decisión. Por ello, nos parecía importante sensibilizar sobre esta cuestión, empezando por MIRAR, analizar qué sucede en nuestra propia comunidad, abordando el tema desde un punto de vista no teórico o estadístico sino vivencial, testimonial.
En CVX España somos afortunados, no ha sido difícil encontrar muchas mujeres que desempeñan o han desempeñado liderazgo en distintas misiones y que han estado dispuestas a ofrecernos su testimonio. Esto nos ha permitido contemplar desde distintos puntos de vista en que forma estas mujeres han entendido y vivido su liderazgo aportándonos algunas claves en torno a las preguntas que les lanzamos (a ellas y a toda la comunidad):
¿Cómo mujeres, que aportaciones se pueden ofrecer en el ejercicio del liderazgo?
¿Qué aspectos han sido o has vivido como obstáculos para ese ejercicio por tu condición femenina?.
La sucesión de videos (nueve videos) enviados diariamente desde el 1 de marzo pretendían a modo de “píldoras”, por su brevedad (unos 3 minutos) ir introduciéndonos en una reflexión que nos llegara como “lluvia fina”, calando suavemente en toda la comunidad y poco a poco (ojalá) con un resultado profundo y provechoso.
Las vivencias que nos han transmitido estas nueve mujeres de CVX tienen en común la experiencia de sentir su liderazgo no individualista sino compartido con “su equipo”, con otros miembros de la comunidad, un liderazgo colaborativo, ejercido siempre cerca del compañero/a de comunidad enviado a la misma misión, y sobre todo cerca de los destinatarios/as.
En definitiva un liderazgo entendido muy lejos de modelos jerárquicos tanto en las formas como en el fondo, en la organización y en la toma de decisiones.
En todos los testimonios se refleja un modelo de liderazgo (expresado por algunas como una forma de acompañamiento) no directivo sino ejercido por quien sabe que va por delante, quizá abriendo camino, guiando al resto del equipo pero haciéndolo desde la escucha constante a los compañeros/ras y desde una actitud de cuidado respetuoso y amoroso al resto de la comunidad. La idea de servicio y de cuidado de los demás, como centro en el ejercicio de un liderazgo sentido como fuente de alegría y de agradecimiento, nunca como una carga
Los obstáculos por la condición femenina se ponen de manifiesto al constatar como a las mujeres en CVX les cuesta más ofrecerse o aceptar el desempeño de liderazgos, sobre todo en los niveles más altos o complicados. En esas reticencias pesan los estereotipos de género y, en mayor medida que en los compañeros varones, pesa la falta de confianza (el “no dar el 100%) y sobre todo el miedo a descuidar las propias misiones familiares y/o profesionales, desde un nivel de autoexigencia que olvida o no sopesa adecuadamente la necesidad de conciliar y de un reparto de roles y responsabilidades en el ámbito familiar.
Junto a esta autolimitación en el acceso, en el ejercicio del liderazgo se resaltó también la percepción de un mayor nivel exigencia que a los varones, como si no se midiera exactamente por el mismo rasero el liderazgo masculino y el femenino sino con un cuestionamiento mayor, o con el foco crítico más puesto en las mujeres.
La necesidad de superar estos obstáculos en el camino del liderazgo femenino en CVX-E se transmite en los testimonios como un reto por el que luchar juntos, entre todos y todas, para poder disfrutar el regalo de ejercer un modelo de liderazgo, al estilo de Jesús, en plano de igualdad, con creatividad, que enriquezca a toda la comunidad, a la Iglesia y a nuestro mundo personal, laboral y social.
Grupo emergente Mujeres en Diálogo CVX-E
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