Muchos jesuitas en África y Madagascar se han hecho la misma pregunta que se hizo Charles Chilufya. Este joven jesuita zambiano decidió aportar lo mejor de sí y emprendió la tarea de organizar programas de sensibilización para mujeres y niños en un campamento de refugiados en Malawi y abogó en favor del tratamiento médico para los que lo necesitaban. Otros jesuitas lo hacen de muchas maneras diferentes. Las reflexiones y experiencias de algunos de ellos se presentan en Un Pueblo que quiere vivir, un libro dedicado a los ministerios del SIDA, impulsados por los jesuitas y sus colaboradores en todo el continente. Dicho libro fue publicado a mediados de 2007 para conmemorar el quinto aniversario de la Red jesuita africana contra el SIDA (African Jesuit AIDS Network – AJAN). Un Pueblo que quiere vivir muestra cómo iniciativas creativas están tomando cuerpo dentro de las obras de la Compañía de Jesús, en las parroquias, en la educación, en el desarrollo y la justicia social, en la atención a la salud y en la pastoral, en las comunicaciones y en la formación. Más allá de la atención médica, el enfoque adoptado se preocupa de la persona total y de su ambiente.
El libro hace un recorrido por las iniciativas impulsadas bajo el auspicio de la AJAN, una red creada en junio de 2002 por los Provinciales jesuitas de África y Madagascar (JESAM) para conformar un frente unido en la lucha contra la pandemia. Esta iniciativa es coordinada desde la sede de AJAN House en Kenya, esta organización trabaja con las diez provincias y regiones africanas, y apoya los ministerios existentes del SIDA, anima la creación de nuevos; invierte sólidamente en la formación de jesuitas y forja una espiritualidad que responda a la pandemia. Una evaluación llevada a cabo durante el presente año muestra a AJAN como una organización con capacidad de respuesta y con suficientes recursos, que apenas comienza a desarrollar todo su potencial. Hace cinco años, AJAN era sólo un sueño compartido y una semilla recién plantada, dijo el P. Michael Czerny sj, coordinador de AJAN. Hoy, el sueño está empezando a tomar forma y la semilla se está desarrollando.
El libro hace un recorrido por las iniciativas impulsadas bajo el auspicio de la AJAN, una red creada en junio de 2002 por los Provinciales jesuitas de África y Madagascar (JESAM) para conformar un frente unido en la lucha contra la pandemia. Esta iniciativa es coordinada desde la sede de AJAN House en Kenya, esta organización trabaja con las diez provincias y regiones africanas, y apoya los ministerios existentes del SIDA, anima la creación de nuevos; invierte sólidamente en la formación de jesuitas y forja una espiritualidad que responda a la pandemia. Una evaluación llevada a cabo durante el presente año muestra a AJAN como una organización con capacidad de respuesta y con suficientes recursos, que apenas comienza a desarrollar todo su potencial. Hace cinco años, AJAN era sólo un sueño compartido y una semilla recién plantada, dijo el P. Michael Czerny sj, coordinador de AJAN. Hoy, el sueño está empezando a tomar forma y la semilla se está desarrollando.
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