CVX ante la ONU, por MANOLO ENCISO

Los miembros del ExCo decidieron que era una buena oportunidad para hacer visible el trabajo desarrollado por los grupos de trabajo de CVX ante la ONU en sus dos sedes, Ginebra y Nueva York. Así, Silvia Schmitt y yo nos embarcamos en la aventura de vivir una Asamblea Mundial, en nuestro caso desde un papel peculiar. Hemos pasado estos dos primeros días preparando nuestra exposición, pues aunque teníamos el contenido y la forma, al llegar aquí hemos tenido tiempo de charlar mucho ambos y con otros delegados y así darnos cuenta de que este era un momento privilegiado para contactar con la CVX-CLC universal y queríamos (y debíamos) aprovecharlo.
Ayer por la mañana tuvo lugar en la asamblea de Fátima el preceptivo informe del ExCo y dentro de éste, los miembros del ExCo nos han dado la palabra para que la comunidad pusiera claramente cara a ambos grupos de trabajo. ¡Gran idea la del ExCo! Hemos hecho por supuesto la habitual presentación de quiénes somos y qué hacemos, algo que veíamos necesario porque detectamos aún desconocimiento en bastantes comunidades de esta dimensión “internacional”. Pero decidimos que al final de nuestra exposición debíamos enfatizar el hecho de que estamos aquí ambos para contactar con la comunidad en cada país y hacerles más cercano este tema.
Terminamos diciendo: “no podemos permitirnos terminar esta asamblea y volver a nuestros respectivos grupos de trabajo sin haber contactado con todos y cada uno de vosotros, conocer la realidad apostólica de cada una de vuestras comunidades y especialmente de aquellas dedicadas a los temas de trabajo que estamos desarrollando en ambos grupos, el derecho al agua y las migraciones”.

Y como colofón esta imagen que usamos para comunicar nuestra idea. La respuesta de las comunidades ha sido magnífica y Silvia y yo estamos desbordados por el interés de los delegados en reunirse con nosotros para compartir sus experiencias.

Vivimos momentos muy difíciles dentro y fuera de la CVX, pero me impresiona cómo en medio de ellos el signo del Espíritu es la esperanza con que los miembros de CVX inician proyectos y se empeñan por llevar el Reino allí donde se necesita. Me siento un privilegiado por estar aquí y por escuchar estas historias de primera mano. Os pido vuestra oración para todos estos proyectos de la CVX universal.

Un abrazo a todos,
Manolo Enciso cvx, desde Fátima

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