Quizás este enunciado pueda englobar algo de lo vivido el fin de semana del 26-28 de enero en el encuentro de Formación celebrado en Madrid.
Hay momentos en que uno debe priorizar el compromiso y la responsabilidad, sobre las apetencias personales. Así que, sin darle muchas mas vueltas, decidí que era allí donde “tocaba” estar, al fin y al cabo era una cuestión de coherencia personal y corresponsabilidad comunitaria.
Hacía años que no asistía o participaba en un encuentro nacional de formación, la primera sorpresa fue encontrarme con pocas caras conocidas “¡menudo dinosaurio estoy hecha!” pensé. Al mismo tiempo , ver caras nuevas, era indicador de que la comunidad crecía y las personas se iban dando paso.
Llegué expectante, ¿Qué nos presentarán? ¿Que habrá de aquel Plan de Formación presentado en la Asamblea Nacional de Murguía en 2004?
Os comparto mis impactos :
La metodología utilizada se basó en experiencias. No se trataba de darle al coco, sino de compartir a través de conversaciones espirituales (escucha activa y hablando desde el corazón). De este modo cada uno compartió lo que le sugería, experimentaba, inspiraba, movía… Eso permitió complementar, enriquecer y construir juntos, con frescura , con un lenguaje y un modo de hacer diferente y adaptado a los nuevos tiempos.
En el preámbulo del documento se recoge: “Tenemos un tesoro que llevamos en vasijas de barro, estamos llamadas a cuidarlo y compartirlo haciendo viaje y camino con otros”.
Las etapas del Plan de Formación de 2004, pasan pues a ser camino. Sendero por el que se avanza y se retrocede, en el que tienen lugar encuentros. Se presenta como un Proceso de Crecimiento, con un recorrido en espiral, que envuelve todos los ámbitos de la persona (física, espiritual, emocional, afectiva) en un continuo devenir , como también lo es la propia vida humana. Con la atención puesta en mí, en el otro, junto a otros, a través del susurro de lo cotidiano , en el entorno que nos rodea… Para… salir a dar respuesta.
Este proceso de Crecimiento, respeta y mantiene las etapas del plan, poniéndolas en relación con etapas/momentos de la vida de Jesús:
Acogida-Iniciación con Nazaret
Fundamentación con Betania
Discernimiento con Galilea y
Vida Apostólica con Jerusalén
El camino, por el que transitamos todas las personas de la comunidad, se explicíta, y es una invitación a que cada uno experimente el “a dónde vamos y a qué”, haciendo uso de los medios y herramientas propios de la espiritualidad ignaciana y de CVX.
Es un camino con distintas dimensiones: espiritual, comunitaria, y apostólica. Que avanza y profundiza en aspectos esenciales: la oración personal, el examen, las experiencias de Ejercicios. Compartiendo la fe en comunidad y descubriendo juntos la Voz de Jesús, que nos invita a salir al mundo con una mirada de alegría y esperanza , que busca sinergias, colaboración y cooperación mas allá de la propia CVX.
El camino se entrecruza con otros, hay ramales, hay cuestas y llanuras, recovecos…En el camino , y en la vida, nada es lineal, como tampoco lo son los procesos personales o comunitarios. Sin embargo, siempre hay momentos de inflexión , experiencias, vivencias, llamadas… que nos mueven o llevan a profundizar a comprometernos, a explicitar …. y que son confirmación de que hemos elegido el camino correcto. Quizás sea este uno de esos momentos, en que sin pretenderlo y ayudada e iluminada por la comunidad, el Espíritu ha danzado y me he dejado sorprender. Gracias a todos por ser instrumento y hacerlo posible. Ojala seamos capaces de acoger, acompañar, buscar , escuchar , impulsar y transmitir esa danza de esperanza y salir al mundo a bailar.
Chusa Fanjul
CVX en Gijón
0 comentarios