Hace sesenta años, el 10 de diciembre de 1948, las Naciones Unidas proclamaban la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Amnistía Internacional (AI) ha dedicado su Informe 2008: “El Estado de los Derechos Humanos en el mundo” a conmemorar este aniversario. En balance no es muy positivo. Irene Khan, secretaria general de AI señalaba en su presentación el pasado 28 de mayo: “La injusticia, la desigualdad y la impunidad son hoy las marcas distintivas de nuestro mundo. Los gobiernos tienen que actuar ya para acabar con el abismo que separa lo que se dice de lo que se hace”.
Y añadía: “El año 2008 ofrece una oportunidad sin precedentes a los nuevos líderes que acceden al poder y a los países que emergen a la escena mundial para fijar nuevas orientaciones y rechazar las políticas y prácticas miopes que en los últimos años han hecho del mundo un lugar más peligroso y dividido”.
Y añadía: “El año 2008 ofrece una oportunidad sin precedentes a los nuevos líderes que acceden al poder y a los países que emergen a la escena mundial para fijar nuevas orientaciones y rechazar las políticas y prácticas miopes que en los últimos años han hecho del mundo un lugar más peligroso y dividido”.
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