El Reloj de la Vida se presenta en el Centro Penitenciario Sevilla I

El “Reloj de la Vida” es un conjunto de talleres de espiritualidad para mayores que tienen como misión aliviar el sufrimiento y generar espacios de vida en las personas que comienzan a vivir “el atardecer de la vida”. Tanto el amanecer como el atardecer forman parte del mismo día y en ambos momentos se pueden contemplar, experimentar y vivir cosas maravillosas.

Tras finalizar las experiencias realizadas durante el curso pasado en el Centro Arrupe y en la Parroquia de San José Obrero de San Juan de Aznalfarache y con el deseo de llevar la herramienta a aquellas personas mayores que no pueden desplazarse y acceder a los lugares y sitios en los que estamos presentes a finales de junio de este año nos hemos puesto en contacto con la Fundación Padre Garralda Horizontes Abiertos que tiene entre sus los colectivos destinatarios de su acción el de las personas reclusas.


Como preparación para llegar mejor a la realidad de las personas mayores en prisión durante el mes de julio y agosto se han tenido tres encuentros que nos han ayudado a reconocer mejor los desencadenantes de sufrimiento que experimentan las personas en situación de privación de libertad como así también sus deseos y expectativas para la etapa vital que tienen por delante y hacia los talleres que podamos realizar juntos.

El sábado 23 de septiembre realizamos la presentación del Reloj de la Vida en el Centro Penitenciario Sevilla I.

Allí se fue exponiendo la misión que tiene la herramienta y como se estructuran los diferentes talleres abordando cinco causas importantes de sufrimiento en las personas mayores que comienzan a vivir el atardecer de la vida.

Dichos desencadenantes van ligados a:

  • La pérdida de capacidades: la falta de aceptación de que se van perdiendo capacidades, de las causas que pueden originar dichas pérdidas y la falta de resiliencia en algunas personas, originan mucho sufrimiento tanto en la persona mayor que ve como no puede hacer ni ser aquello que era, como para sus familiares, que ven con mayor claridad que éstos ya no podrán tener la independencia de la que habían disfrutado hasta el momento y que se tendrán que efectuar cambios en los hábitos de vida que garanticen la subsistencia y bienestar de la persona mayor.
  • La Soledad: las pérdidas de seres queridos, de amistades y la ausencia de deseo de entablar nuevas relaciones, van haciendo que el círculo social se reduzca considerablemente y la necesidad afectiva y emocional comience a presentar déficits importantes, generando una mayor demanda de atención de aquellos familiares y personas que quedan vivas, los cuales también tendrán que cambiar estilos de vidas para satisfacer la demanda afectiva que se produce. La imposibilidad o negación de cambio, tanto del mayor como de su círculo cercano de referencia, va a dar lugar a un sufrimiento por ambas partes.
  • Los problemas no resueltos: a veces las situaciones vividas de enfrentamientos entre seres queridos, situaciones de conflictos o abusos padecidos, no se llegan a elaborar y nos impiden avanzar y continuar con nuestra vida; la ausencia de perdón o reconciliación no nos permite vivir en paz en esta etapa final de nuestro camino.
  • La idea preconcebida de vejez: cuando la idea de vejez soñada no se ajusta con la que les toca vivir y no existe posibilidad o voluntad de cambio y desprendimiento de esa idea preconcebida, se genera un sufrimiento innecesario tanto en la persona mayor como en sus familiares cercanos, que intentan garantizar una autonomía y calidad de vida que cada vez se ve más afectada.
  • La ausencia de sentido de la vida: cuando hemos alcanzado nuestras metas u objetivos de vida y las fuerzas han menguado y nos damos por vencido, cuando esos objetivos ya se han cumplido y no existen deseos nuevos; cuando la vida que hemos llevado no nos ha llenado ni nos ha hecho sentirnos plenos, llegamos a esta etapa vital y somos capaces de reconocernos vacíos, sin una razón de vivir, sin un sentido de vida. Y surge la pregunta ¿Para qué vivir? ¿Para qué estar vivos cuando ya no soy el que era? ¿Para qué vivir cuando no hay razón para mi existencia?

Se explicó también la metodología de trabajo de los talleres que van alternando momentos de trabajo personal con trabajo en grupos pequeños y espacio de compartir en plenarios. Viviendo también, una de las dinámicas del taller en la que las personas expresan sus deseos y expectativas para la etapa vital que aún tienen por delante.

Cada taller le posibilitará un tiempo para la reflexión y encuentro con el Señor y/o ellos mismos, en la intimidad, pero también con los otros. Así cada tiempo vivido en cada taller le regala a cada uno diferentes momentos:

  • Taller 1: Un momento para agradecer y aceptar.
  • Taller 2: Un momento para abrirse a los demás
  • Taller 3: Un momento para perdonarse y perdonar.
  • Taller 4: Un momento para reconocer y para decidir.
  • Taller 5: Un momento para redescubrir nuestro sentido de la vida.
  • Taller 6: Un momento para poner en hora el reloj de nuestra vida.

Tras la presentación existió un momento para solventar las dudas y las preguntas concretas sobre la el calendario y la puesta en marcha e inscribirse en el taller. Inicialmente se han inscrito 14 personas para vivir la primera experiencia del Reloj de la Vida en centros penitenciarios.

Equipo del Reloj de la Vida que realiza la experiencia frente al Centro Penitenciario Sevilla I

Marcos Morales

Reloj de la Vida

3 Comentarios

  1. Margalida

    Gracias para mi después de leerlo es fundamental para las personas que puedan vivir su vida con dignidad y respeto en ellos mismos descubriendo su gran riqueza,

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  2. marta rosario Sánchez García

    Gracias. Rezo por vosotros.

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  3. Amparo

    Una gran áyuda para wstw colectivo y edad. Enhorabuena y que el Señor os siga guiando

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