¿ES ÉTICO concebir a un HIJO para SALVAR LA VIDA de un HERMANO?

El caso de Javier, el niño conocido como el primer ‘bebé-medicamento’ español, nacido en Sevilla el pasado 12 de octubre, ha reavivado el debate sobre las implicaciones morales de estas prácticas médicas. La propia Conferencia Episcopal Española califica la técnica del diagnóstico genético preimplantacional como una práctica “horrenda” e “inaceptable”. Lo cierto es que, desde el punto de vista bioético, un proceso de selección de embriones implica la eliminación de otros. “No hay duda de que en la sociedad se está ‘cosificando’ al embrión humano preimplantatorio y, a fuerza de repetirlo, se llega a crear un ambiente social favorable y de no rechazo a tales prácticas”. La reflexión es de Juan-Ramón Lacadena, experto en bioética, ex director del Departamento de Genética de la Universidad Complutense y miembro del Consejo Asesor de la Cátedra de Bioética de Comillas.
La realizaba, hace ya cuatro años, en las páginas de Vida Nueva, en un reportaje A fondo titulado: “La selección de embriones con fines terapéuticos. Un nuevo debate en torno al diagnóstico genético preimplantacional” (Vida Nueva, nº 2.428, 12 de junio de 2004). En él abordaba los aspectos técnicos y jurídicos de esta práctica, para acabar preguntándose: ¿es ético concebir a un hijo para salvar la vida de un hermano? “Aunque algunos rechazan la selección de embriones con fines terapéuticos por considerarla inmersa dentro de una filosofía utilitarista -apunta-, otros, por el contrario, la aceptan porque consideran que en este caso el fin sí justifica los medios”.
Por su actualidad, por su interés y por la luz que puede arrojar en estos momentos, reproducimos íntegramente aquel reportaje.

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