HABLA, SEÑOR, QUE TU SIERVO ESCUCHA

La lectura de hoy del primer libro de Samuel (3, 1-10. 19-20) invita a rezar sobre la llamada y la respuesta al Señor. Samuel es pequeño, pero rápido en responder; al principio, con confusión, con mucha confusión. Pero “Aquí estoy”. El sentimiento de sentirse encontrado por Dios de sentirse adentrado en la “Pasión” del Padre hace que la vida no pueda seguir igual, que la salud brote a borbotones -sobre todo la que nace del experimentar que nuestras vidas están cargadas de sentido-… quizá por eso, en el fondo, “todo el mundo te busca”.
Luis Fernando Crespo SM, en su blog, nos invita a decirnos varias veces al día: Aquí estoy. Como si fuea un rosario de abandono y disponibilidad.

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