
No te aferres a lo caduco.
No pongas tu ilusión en la vanidad.
No intentes agotar lo que no da más de sí.
No tengas nostalgias del ayer.
No mires para atrás.
No intentes exprimir las horas.
No dejes entrar en ti el señuelo de la pasión de la carne.
No te dejes dominar por la arrogancia del dinero.
No provoques la codicia de los ojos.
No digas que todo tiempo pasado fue mejor Jesús, en Nazaret, iba creciendo y robusteciéndose y se llenaba de sabiduría, y la gracia de Dios lo acompañaba (Lc 2, 40).
Mira al pequeño Jesús, que crece ante la mirada de sus padres.
Mira a Jesús de Nazaret, que se robustece en los trabajos domésticos.
Mira al Hijo de María, al que le acompaña siempre la gracia.
Mira al joven Jesús de Nazaret al que le rebosa la sabiduría.
Mira la casa de quienes son modelo de convivencia familiar.
Mira el modo de vida de Jesús, María, y José en Nazaret.
Mira el proyecto de vida de Jesús en Nazaret.
Mira el comportamiento que tuvo Jesús en Galilea.
Mira, contempla, relee la historia de treinta años de la vida de Jesús, el Hijo de Dios entre nosotros.
Mira cómo es posible escribir en una línea la esencia del vivir en Dios.
La biografía de Jesús de Nazaret está colmada de silencio, discreción, sencillez, normalidad, austeridad, laboriosidad, presencia de la gracia, oración…
Para muchos la referencia a la vida oculta de Jesús es fuente de santificación en el trabajo, en la realidad cotidiana, en el anonimato de los días, en la forma de afrontar la realidad. A la hora de hacer balance y proyecto.
A la hora de evaluar el año ¿con cuántas palabras esenciales podrías describir el capitulo de 2008? ¿Podrías decir, como en el caso de Jesús, que ha sido un tiempo de crecimiento en gracia y en sabiduría?
En el balance, no olvides nunca apelar a la misericordia de Dios y a la acción de gracias.
Por Ángel Moreno de Buenafuente del Sistal
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