
El martes, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reclamó un alto el fuego inmediato en el este del Congo para proporcionar ayuda urgente a unos 100.000 civiles. Pero lo cierto es que la ONU, que cuenta con 17.000 cascos azules sobre el terreno, se ha visto incapaz por el momento de frenar la violencia y de garantizar la distribución de ayuda a la población civil. Algunas ONG les acusan de ser parte del problema.
La misión de Naciones Unidas en el país, MONUC, ha solicitado sin éxito el envío de otros 3.000 efectivos a la zona porque considera que con los actuales no logra dar cobertura humanitaria a la población. Pero el Consejo de Seguridad le ha contestado desde Nueva York que no lo considera necesario hasta asegurarse de que la misión emplea los recursos que tiene de manera efectiva.
0 comentarios