“Mansedumbre subversiva, ¿qué hago con la violencia contra mí?, ¿qué esperanza brota en medio de la violencia? Atravesar la cruz sin dejarse atrapar por ella”


La vida nos va golpeando y cuando esto ocurre, ¿cómo me sitúo yo ante la violencia, ¿cómo me sitúo ante quien me ofende? Instintivamente nos sale devolver golpe por golpe, venganza. O salir huyendo sin enfrentarme a las situaciones. Otra vía es esa mansedumbre subversiva que reconoce el dolor, y lo abraza, poniéndose en los zapatos del agresor.


Yo también reconozco la violencia que genero, el mal que causo, aun así, soy merecedor de perdón, una y otra vez caigo en mis propias contradicciones. Soy querido y acogido con mis virtudes y mis defectos. Puedo ser capaz de reconocer las debilidades del otro y superarlas, con esa mirada que ve más allá de los actos, que va al corazón del otro y reconoce que también en él hay esa presencia
humana digna de ser amada, que quiere ser perdonada, aunque lo más fácil sea
el ojo por ojo y diente por diente.


Recuerda alguna situación en la que has sentido violencia, injustamente tratado,
no valorado, excluido… ¿Qué camino coges?


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