Segunda sesión de formación de 4 estaciones

El pasado domingo 4 de junio asistimos a la segunda sesión de Formación para acompañantes de 4 Estaciones con el lema Acompañar, para vivir en el Amor. Nos reunimos de forma online 25 personas de España y una de Uruguay.

La dinámica fue similar a la de la sesión anterior, celebrada en mayo. Empezamos con una presentación de la hermana teresiana Raquel Navarro, después nos dividimos en grupos y tras unos minutos de reflexión personal cada uno fue compartiendo las resonancias sobre lo escuchado. Al final cada grupo presentó las cuestiones más importantes sobre lo debatido en Asamblea.

Así, Raquel Navarro, nos presentó el itinerario de las Moradas como fases por las que la persona pasa en su vida espiritual y como un proceso que la persona recorre según va profundizando en su relación con Dios, desde el ego hasta la unión.

Nos dio un maravilloso enfoque de la propuesta de Teresa de Jesús, quien, siempre hablando desde su experiencia de vida, explica en las Moradas el camino para llegar a Dios, para vivir con Él y como Él. Con un lenguaje muy actual nos describió las siete Moradas como un modo muy concreto de vivir en el Amor y al mismo tiempo fue poniéndolas en comparación con los EE.EE.

En la última parte de su presentación Raquel nos recordó que el acompañamiento es un servicio que se hace desde el Amor. Nos habló del acompañante y el acompañado y de las condiciones para un ambiente adecuado en el acompañamiento.

Os comparto mis notas con las ideas que más me llegaron:

  • Hay que recordar que el auténtico acompañante es el Espíritu de Jesús.
  • Para acompañar antes hay que haber sido acompañado.
  • El acompañamiento se trata de ser compañeros en un tramo de la vida, aunque en posiciones distintas, uno acompañante y otro acompañado. Y es Dios el que guía.
  • La persona acompañada es la única responsable de ponerse en una dinámica de proceso, y la que tiene que determinarse a acoger ese sueño de Dios.
  •  El acompañamiento trata de ayudar a la persona a enfrentar la propia verdad o, como decimos en 4 Estaciones, a construir desde la realidad de cada persona.
  • El acompañado es una persona que no reconoce su hermosura y dignidad y eso le genera mucho conflicto. Y es así como suelen comenzar la mayoría de los acompañamientos.
  • El acompañante debe tener paciencia; la confianza no se puede exigir; hay que respetar el ritmo de cada persona y tener mucha atención a la contratransferencia y a las sensaciones que le producen lo que el acompañado está contando.

Y respecto a las condiciones para un ambiente adecuado en el acompañamiento, es necesario:

  • ESTAR, es decir con disponibilidad plena, con autenticidad y honestidad.
  • Establecer claramente el espacio-tiempo: es decir fijar el lugar, la duración, la frecuencia, las condiciones de intimidad y seguridad…
  • Atención a las palabras y saber gestionar los silencios. En el acompañamiento los silencios también tienen su sentido. Hay que diferenciar y respetar cuando el acompañado no puede expresar (tal vez por el dolor que causa), cuando oculta algo, cuando no es consciente de algo, cuando necesita tomar aliento o fuerzas en la narración…
  • Escucha atenta y activa es escuchar las tres cosas: lo que la persona dice, lo que siente y lo que pretende.
  • Ayuda el invitar a que la persona hable en primera persona, también puede ser muy útil dibujar, rezar juntos…
  • Cuando hay bloqueos, ayuda el devolver haciendo un relato un poco elaborado con nuestras palabras de lo que la persona ha dicho para que ella se vea reflejada, o si le cuadra o encaja con lo que ella vive.
  • Y por último seguir formándonos y contrastando con otros acompañantes.

Acabamos la mañana con mucho agradecimiento por esta formación que tanto nos ayuda a ser mejores acompañantes de 4 estaciones y con las noticias del próximo Taller del Perdón que se celebrará del 20 al 22 de octubre y del próximo Encuentro de Familia los días 11 y 12 de noviembre en Madrid.

Marisa Vicente

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