Esta mañana, Señor,
sigo adorándote,
descalza,
sin miedos,
los ojos abiertos
a tu hermosura
y las manos extendidas
para abrazarte.
Esta mañana, Señor,
permite que te acune,
que me una a tu debilidad
y saboree la maravilla
de tenerte entre mis brazos.
Esta mañana, Señor,
te miro calladamente
y en tus ojos veo el reflejo
de mi futuro,
un futuro que se llama ESPERANZA.
Colata Rozas
sigo adorándote,
descalza,
sin miedos,
los ojos abiertos
a tu hermosura
y las manos extendidas
para abrazarte.
Esta mañana, Señor,
permite que te acune,
que me una a tu debilidad
y saboree la maravilla
de tenerte entre mis brazos.
Esta mañana, Señor,
te miro calladamente
y en tus ojos veo el reflejo
de mi futuro,
un futuro que se llama ESPERANZA.
Colata Rozas
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