
Y en este preciso momento, la Editorial San Pablo, como regalo para todos sus posibles lectores, acaba de lanzar la traducción castellana de Coloquios nocturnos en Jerusalén, donde Martini, ya enfermo, responde a las preguntas de otro jesuita, el P. Georg Sporschill, quien le transfiere una serie de cuestiones elaboradas por jóvenes con los que el interrogante trata diariamente. Preguntas tan elementales como determinantes para la vida de tales hombres y mujeres que desean encontrar respuesta a sus inquietudes. Unas inquietudes que son las de cualquier generación, pero con matices específicos por la extraña situación que ellos y nosotros vivimos en un mundo tan fascinante como caótico. Y el cardenal responde con una libertad desconcertante, a la vez que aprovecha para hablar de su experiencia como obispo de la Iglesia Católica y como intelectual europeo en una Europa perdida en sus propios fantasmas y que apetece renegar de sus raíces. Bajo la luna bíblica de Jerusalén, entre estos dos hombres se establece una excelente química que obtiene como resultado algo muy sencillo de escribir y muy difícil de encontrar en la actualidad eclesial: la confesión sincerísima y del todo inteligible de quien ha sido un personaje fundamental en la reflexión religiosa y cristiana y católica en los últimos cuarenta años.
0 comentarios