XVII DOMINGO del TIEMPO ORDINARIO

Del Evangelio de Mateo 13, 44-52

“El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.
También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.
También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos.
Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Habéis entendido todo esto?”.
Le dicen: “Sí”.
Y él les dijo: ”Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo”.
Orar en Domingo:
Jesús, ese radical, por José María Maruri sj
El tesoro escondido es Dios, por Fray Marcos
Un Dios sin atractivo, por JAP
En busca del tesoro perdido, por Javier Leoz
Dios piensa en parábolas, así piensa Jesús, por XP
Cuando el tesoro nos encuentra, por Enrique Martínez Lozano
Renuncia por algo mejor, por José Enrique Ruiz de Galarreta sj
El reino de los cielos es como un…, por Hermann Rodríguez Osorio sj

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