Hombres y mujeres para los demás
Somos una comunidad inspirada en la espiritualidad de Ignacio de Loyola. Los Ejercicios Espirituales son la fuente específica y el instrumento característico de nuestra espiritualidad y parte fundamental de nuestro carisma, así como todas las herramientas ignacianas: el examen, el discernimiento, el acompañamiento. Todo lo que nos ayuda a buscar y a hallar a Dios en todas las cosas.
Nuestra espiritualidad centrada en Cristo nos conduce a María en relación con Él. Ella es el modelo de nuestra colaboración en la misión de Cristo. María concreta con un sí en el misterio de la anunciación-encarnación. Y este es el origen de nuestra vocación en CVX.
El mundo no es sólo el destino de nuestra acción sino fuente de nuestra espiritualidad: la realidad es un lugar privilegiado de encuentro con Dios, por eso no pretendemos desconectarnos del mundo, sino entrar en su corazón.
Una de las más geniales intuiciones de Ignacio de Loyola fue el “buscar y hallar a Dios en todas las cosas”, y no “en todas las cosas espirituales”, sino en esa realidad del mundo habitada por Dios y que buscamos acercar a su reino.
El examen del día o “pausa ignaciana” así como la oración sobre la palabra de Dios son dos medios o “herramientas de uso diario” para dar gracias por los dones y oportunidades que se nos regalan, discernir esa voluntad de Dios sobre mí y sobre el mundo, revisar ese amor que he puesto a lo largo de cada jornada en mis intenciones, palabras y acciones; pidiendo su luz y Gracia para comenzar de nuevo cada día.