La Federación estatal de asociaciones de SOS Racismo expresa su pesar por las 28 muertes, de las que hemos tenido conocimiento esta semana, de personas que intentaban llegar en embarcaciones a las costas españolas. En esta ocasión además hay que sumar que entre los muertos hay nueve niños y niñas de entre uno y cuatro años, y la dramática situación física y psicológica de las personas que han llegado con vida, habiendo perdido familiares, compañeras y compañeros, en el camino.
Asistimos a una lamentable, grave, pero sobre todo indignante cronificación de muertes y desapariciones de personas que asumen arriesgar su vida movidas por el impulso de conseguir un futuro mejor con más oportunidades que en sus países de origen. Con la llegada del buen tiempo se intensifica la salida de embarcaciones desde África hacia costas españolas, pero estas muertes se deben al blindaje cada vez más fuerte de las fronteras y la vigilancia en el mar, en especial respecto al continente Africano, que obligan a las embarcaciones a realizar rutas cada vez más peligrosas. Se contabilizan 4.003 muertes y desapariciones entre el año 1998 y 2007. Seguramente un dato que es tan sólo una aproximación a la realidad, que posiblemente es aun mucho más dramática.
La frecuencia y la cotidianeidad de la repetición de estas tragedias puede hacer que nos acostumbremos a ello hasta convertirse en algo a lo que la sociedad sea indiferente, pero no podemos mirar hacia otro lado o ignorarlo, y no debemos olvidar que esto es una consecuencia directa de la política de inmigración que cierra las vías normales de entrada dejando como única alternativa viajes cada vez más caros y peligrosos.
Asistimos a una lamentable, grave, pero sobre todo indignante cronificación de muertes y desapariciones de personas que asumen arriesgar su vida movidas por el impulso de conseguir un futuro mejor con más oportunidades que en sus países de origen. Con la llegada del buen tiempo se intensifica la salida de embarcaciones desde África hacia costas españolas, pero estas muertes se deben al blindaje cada vez más fuerte de las fronteras y la vigilancia en el mar, en especial respecto al continente Africano, que obligan a las embarcaciones a realizar rutas cada vez más peligrosas. Se contabilizan 4.003 muertes y desapariciones entre el año 1998 y 2007. Seguramente un dato que es tan sólo una aproximación a la realidad, que posiblemente es aun mucho más dramática.
La frecuencia y la cotidianeidad de la repetición de estas tragedias puede hacer que nos acostumbremos a ello hasta convertirse en algo a lo que la sociedad sea indiferente, pero no podemos mirar hacia otro lado o ignorarlo, y no debemos olvidar que esto es una consecuencia directa de la política de inmigración que cierra las vías normales de entrada dejando como única alternativa viajes cada vez más caros y peligrosos.
Enviado por nuestro Equipo de Migraciones. Sigue leyendo…
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