Dios en todas las cosas

Nuestra vocación nos llama a vivir la espiritualidad ignaciana con el estilo de vida que hemos aprendido de San Ignacio de Loyola, por su proceso personal de conversión y su amor por Jesucristo, con los medios que pone a nuestro alcance para “buscar y hallar a Dios en todas las cosas”.

Participamos activamente en los sacramentos, presentamos al Señor cada día nuestras luces y sombras y el deseo profundo de seguirle, siendo conscientes del aquí y el ahora, de los retos a los que cada día nos enfrentamos.

Esta experiencia de encuentro con Dios nos empuja a llegar a aquellos lugares o ámbitos interiores donde parece que el Señor no puede habitarTodo ello permaneciendo como laicos, respondiendo a las demandas de nuestras familias, trabajos y amigos, siendo fieles al Señor en el momento vital que nos corresponde.

Para vivir este compromiso apostólico en sus diversas dimensiones, y para abrirnos a las llamadas más urgentes y universales, la Comunidad y el grupo de vida nos ayudan particularmente mediante el acompañamiento mutuo, la revisión en común y el discernimiento para la misión.

La esencia de nuestro carisma en 30 días

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