Dejando el testigo de la comunidad CVX en España al nuevo Consejo, siguen resonando en mi muchos ecos de la Asamblea. Aunque ya han pasado unos días las imágenes, las mociones y los momentos vividos forman parte de mi oración.

El fragmento evangélico de Juan “como el Padre me ha enviado así también os envío yo” aparece en mi levantar de cada día por estas tierras de León. Es esa Fuente de Vida que como decía el Padre Arrupe me hace levantar cada mañana y forma parte de mi a lo largo del día.

De todos esos momentos las canciones de Cristóbal Fones me siguen inspirando “Ven Espíritu Santo Creador y empuja  nuestra historia hacia la libertad “derribando todos nuestros miedos y temores. Dichas canciones me ayudan a contemplar al Jesús histórico, amigo de todas aquellas personas al margen del mundo y de nuestra sociedad, pero siempre con una mirada tierna y compasiva mirándolo  desde la Encarnación. Igual que aquella noche de la Asamblea resurgen en mi emociones de agradecimiento, de comunión y con una invitación esperanzada, como nos recordaba nuestra Asamblea de Amiens, queriendo abrir caminos hacia la esperanza.

A todo ello nos ayuda la figura de María, señora de nuestro camino donde la vamos encontrando en nuestro día a día como nos cantaba Cristóbal Fones y ese Dios Madre que también quiere formar parte de nuestra Comunidad CVX amando hasta el extremo.

También me ha resonado de manera especial la canción de la herida con ese “al final de la vida llegaremos con la herida convertida en cicatriz”. ¡Cuántas heridas forman parte de nuestra vida y de nuestra comunidad” Y, sin embargo, gracias al vivirlas conjuntamente nos ayudan mejor a cicatrizar.

Y me gustaría acabar con esa frase del P. Arrupe que también inspiraba a Cristóbal Fones:” Señor, que encuentre una auténtica armonía entre lo que creo y quiero ser” Pidámoselo.

Carles Alonso Díez

CVX Pere Favre en Barcelona