El 5 de Octubre hemos tenido una reunión vía Zoom para presentar el Reloj de la vida a compañeros de CVX en Polonia. Para algunos esto puede resultar anodino, pero yo continúo pensando que tiene algo de magia que podamos encontrarnos cara a cara a través del ordenador tres personas separadas en España por cientos de kilómetros (Marcos en Sevilla, Marisol en Barcelona y Merche en Pamplona). Que podamos hacerlo simultáneamente con compañeros de Varsovia,  Wroclaw y otros lugares más me parece un sueño.

En el rato que estuvimos juntos, vimos que teníamos un lenguaje común. Aquí, no me refiero al inglés (que también), sino a que sentimos una misma llamada, ponernos al servicio donde haya mayor necesidad. En este caso, llamada a acercarnos a nuestros mayores, con el deseo de aliviar el sufrimiento que generan la pérdida de capacidades, la soledad, la ausencia de perdón, la colisión entre lo soñado y lo real, y la ausencia de sentido para la vida. Son realidades comunes en nuestra sociedad y la de Polonia. En esto constatamos también que las  barreras no existen.

En resumen, desde la Misión Familia pudimos disfrutar de un rato para compartir, para estrechar lazos, y ofrecernos apoyo en una misión que no es nuestra, sino que es común: a la vez regalo y tarea.

Merche Lezaun

CVX en Pamplona