Hasta ayer se ha celebrado en Lisboa la Jornada Mundial de la Juventud, evento convocado por el Papa con el objetivo de salir al encuentro de tantos y tantas jóvenes que quieren vivir al estilo de Jesús de Nazaret.
Estamos convencidos de que para la inmensa mayoría de los más de un millón de jóvenes congregados la experiencia habrá sido única. Encuentros y amistades, oración y llamadas a la conversión, deseos de transformar el mundo para hacerlo un lugar mejor, tras los pasos de Jesús y animados por el Espíritu de Dios, presente en ellos, como en toda la creación. Deseamos para todos que la experiencia les haya abierto al encuentro con el Señor, que todo lo transforma en el Amor.
Nos ha resonado con fuerza el llamado, la reivindicación del Papa Francisco de que en la Iglesia caben todas las personas, sin excepción. Sigue la llamada del sínodo, con la imagen de ensanchar la tienda, para lo que todos y todas necesitamos mirar a la realidad con los ojos de Dios misericordioso, que ama todo lo creado, sin exclusiones.
Sin embargo, personas jóvenes LGTBIQ+ presentes en las jornadas y cercanas a nuestra comunidad, creyentes dispuestas a seguir a Jesús, nos han hecho llegar su experiencia de rechazo y violencia. Rechazo de parte de personas que, creyéndose legitimadas para juzgar quien debe ser o no católico (universal), no respetan a su prójimo, lejos de amarlo.
Soñamos una Iglesia y una juventud católica cuya voz clame a favor del cuidado de la casa común, de los y las descartadas y pobres, de la búsqueda de la igualdad y de la defensa de la diversidad. Es por esto por lo que CVX en España condena todo ataque a las personas LGTBQ+, y pide a la Iglesia en España que se abra a la acogida a todas las personas bautizadas en pie de igualdad, sin distinción de identidad u orientación sexual.
Un abrazo fraterno en la Ruah, el espíritu que nos impulsa a seguir construyendo Iglesia.
Consejo CVX-E
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