Compartir desde Casa Mambré en el Día Internacional del voluntariado

Un voluntariado es, según la rae, un conjunto de personas que se ofrecen voluntarias a hacer algo.

Hace un año una antigua profesora mía del colegio, Paloma, me invitó a cenar a casa Mambré. Sinceramente, en un primer momento me imaginé que casa Mambré era típico bar de toda la vida que había pasado de ser casa Manolo, a Casa Paco y a Casa Mambré. Cuando llegué me encontré con una comida tan rica como la de Casa Ricardo y un trocito de cielo del que nos prometía Jesús.

En esa cena hice amigos de muchas partes del mundo, casi todos africanos. Éramos mucha gente distinta, con propósitos distintos, distintos sueños y distintas historias. Y desde el primer día lo que empezó siendo una cena terminó siendo también para mí una casa donde descansar lo vivido, compartir y cómo no, comer en comunidad.

Como persona que se ofrece voluntaria a hacer algo, mi “tarea” en Mambré no está muy definida. Antes ayudaba a hacer la cena (sobre todo a mi amigo Amadou), ponía la mesa y como mucho, alguna vez, acompañaba al encargado de ese día a tirar la basura. Hoy por hoy cuando voy a Mambré cojo en brazos a Dior (que aunque no sea mi hija es la niña más bonita del mundo), veo el fútbol (siendo la única bética) y hablo muuuucho con mis amigos.

Y es que es en lo cotidiano, en la rutina, en el día a día donde se forma la persona. En este año he visto a mis amigos crecer y volar, Lamine, Eugene, Carlos, Cissé… Nombres grabados en mi corazón con los que he compartido risas, juegos, alguna que otra miseria y las ilusiones de quien está dispuesto a dejarlo todo para hacer su vida un poquito mejor.

Con el paso del tiempo las personas que viven en Mambré cambian. Estos amigos ya volaron, otros, como Amadou, siguen compartiendo la mesa conmigo desde el primer día que fui y cada vez que uno vuela llega otro amigo a descansar. Lassana, Sambou, Youcef, Kara, Ndate, Dior, Souleyman… se turnan para preparar la cena con la que compartiremos el pan y un poquito de la vida.

Jesús nos invitaba a construir un reino donde todos formáramos parte, donde el amor sea la única ley y la persona sea el centro. Si alguna vez te has preguntado si eso es posible, José Antonio y Fátima, los responsables de la casa actualmente están dispuestos a acoger a cualquiera que tenga los brazos abiertos y los oídos atentos. No esperes grandes cosas, Dios se descubre en los pequeño.


María Márquez de la Plata Blasco
Amiga de Mambré. Grupos Spínola.

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