Te seguiré a dónde me lleves. Sin adelantarme, sin forzar el paso. Sabiamente ignorante iré dónde no sé. Puesto el corazón en Ti: ¡Te seguiré! https://www.youtube.com/watch?v=Y9iDD5ET1b4
Esta canción me ha ido acompañando en mi oración y el ir interiorizándola y poniéndola en manos de Dios me llevó a aterrizarla en lo que estaba viviendo y darme cuenta que estaba ‘forzando el paso’ y mi corazón ‘está puesto no sólo en Dios’ esto me llevó a acoger la experiencia de ejercicios ignacianos estos dos veranos. Es un regalo encontrar espacios donde compartir procesos, oración, caminar juntos en silencio poniendo en manos de Dios la vida y dejar que Él la ilumine y acompañe. Este verano de manera especial en Javier nos acompañó el Cristo sonriente. La dinámica de ejercicios de preparar antes los puntos de oración de manera personal, las peticiones que propone San Ignacio te lleva a ‘caminar a su ritmo’ en pasillos, en las comidas, en los descansos, en la creación, en la noche, descubriendo las semillas de resurrección en momentos de dolor y muerte. Una experiencia para ‘ordenar la VIDA’ que agradezco a CVX por organizar y facilitar los ejercicios. En especial a Isa e Isabel que nos han acompañado y a cada uno de los que hemos formado esta comunidad orante. Como dice San Ignacio: “Cuanto más nuestra ánima se halla sola y apartada, se hace más apta para acercarse y llegar a su Criador y Señor; y cuanto más así se allega, más se dispone para recibir gracias y dones de la su divina y suma bondad” invitándome a “gratis lo has recibido, dalo gratis” (Mt 10, 8).
Maru Vernetta CVX-Quinqué Las Palmas

UNA EXPERIENCIA PERSONAL
Salí muy contento de la experiencia de Ejercicios, donde pude hacer memoria, vivir, gustar y sentir que Dios ha estado grande conmigo, tanto en los 8 días, como a lo largo de mi vida. Una experiencia intensa, profunda y que habré de asimilar y trabajar interiormente a lo largo de los próximos meses.
Una oportunidad de encuentro con Dios y de su paso por mi vida; de ser consciente de que los momentos de pasión y muerte son superados por la gracia, la resurrección y la misericordia.
Una oportunidad para encontrarme con Jesucristo más allá del conocimiento intelectual. Un conocimiento desde lo profundo, de experimentar, sentir y gustar.
Una oportunidad también de autoconocimiento, de revisar mi lugar en el mundo, a lo que me siento llamado con mis dones y talentos.
Hubo momentos difíciles: es una experiencia exigente que no hubiera sido posible sin el buen hacer y la experiencia de las acompañantes, a las que agradezco su trabajo, buen hacer y dedicación. También fue muy importante la experiencia de caminar en Comunidad: la pequeña comunidad de ejercitantes que formamos en esos días; la comunidad a la que cada uno pertenecíamos (Crismhon en mi caso) y que, pese a la distancia, los Ejercicios nos ayudaron a sentir tan presente y cercana; y la gran comunidad de comunidades que es la Iglesia.
¡Animo a otras personas a vivirlo!
José Luis García
Comunidad Crismhom

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