He tenido la suerte de participar el sábado 04 de noviembre en el taller que, sobre el DEAE, han impartido en Valladolid Paloma e Iñigo, del Equipo de Formación, que se trasladaron desde Madrid para transmitirlo a un grupo formado por personas de las comunidades de Burgos, Salamanca y Valladolid.

He dicho bien, he tenido la suerte, porque la jornada de formación ha sido una gozada. Paloma e Iñigo han dirigido el taller de una forma completamente distinta a lo que esperábamos la mayoría de los asistentes. A través de distintas dinámicas se fueron propiciando experiencias que llenaron el día, con escasos momentos para exposiciones explicativas. Así, los participantes fuimos extrayendo nuestras propias conclusiones sobre la importancia y trascendencia que tiene en nuestra vida personal y comunitaria el DEAE, conclusiones que luego poníamos en común.

Además de la formación, el taller ha tenido un aliciente añadido. Al abrir la comunidad de Valladolid la jornada a las de Salamanca y Burgos, se ha facilitado una nueva ocasión para el encuentro entre miembros de las tres comunidades, lo que ha enriquecido muchísimo las reuniones de grupos, así como la comida y los ratitos de descanso.

Tengo que admitir que los dos momentos dedicados a los círculos de escucha fueron para mí particularmente gratificantes, tanto por la calidad como por la sinceridad de las personas que participaron en el grupo, así como por la técnica utilizada.

Todas las dinámicas fueron muy acertadas, pero la dedicada a ver la comunidad desde distintas perspectivas me resonó de forma especial, algo sobre lo que sigo pensando aún. Y no quiero olvidar las dos danzas contemplativas que nos regaló Cristina, de nuestra comunidad de Valladolid.

Muchas gracias a Paloma e Iñigo por su gran trabajo y dedicación, y a todos los asistentes por esta formativa y satisfactoria jornada.

Óscar Giménez.

CVX en Valladolid.