I Encuentro de Conversión Ecológica en Sevilla

El fin de semana del 7 y 8 de octubre de 2023 unas 15 personas tuvimos el regalo de compartir tiempo de calidad y sosegado con José Eizaguirre en el I Encuentro de conversión Ecológica que organizamos desde el equipo de Ecología al Servicio de la Vida de CVX en Sevilla.


Comenzamos con una contemplación de la creación de la Tierra a través de un video que nos hizo sobrecogernos de asombro ante la maravilla de la creación y de la biodiversidad.


Fuimos más conscientes de que la Tierra es un milagro y la vida un misterio, donde todos los seres somos absolutamente interdependientes y vulnerables y estamos íntimamente conectados. Nos invitó a cambiar la mirada, a reconocer que estamos invitados a crecer en busca de la luz, como hacen los árboles. A la vez, sentimos la invitación a contemplar sin prisas, a aprender de los ritmos lentos de la naturaleza y a darnos cuenta de que el motor de la vida es el vínculo. Fue un rato de conexión con la madre Tierra y entre nosotros que nos lanzaba a la responsabilidad, al cuidado y desprendernos del sentido de posesión para pasar a experimentar que toda la creación es una inmensa red de vida.


En la segunda parte de la mañana y tras degustar algunos pasteles caseros, cafés e infusiones ecológicas nos adentramos en descubrir como la espiritualidad cristiana nos lleva a vivir en continua conversión hacia una ecología integral, hacia una manera de estar, sentir, mirar y actuar propias del Reino. El hilo conductor de este momento fue la “Oración por nuestra tierra” y la “Oración cristiana con la creación” (Laudato Sí, 246).

Recordamos que es una oración de petición en primera persona del plural, donde le pedimos que nos ayude a cambiar caminando juntos. Nos regocijamos de creer en un Dios presente en toda la realidad, que es todo ternura, belleza, hermosura, protector del mundo y de los pobres… es el Dios de los cuidados que nos invita a sentirnos hermanados o mejor, íntimamente unidos con todas las criaturas. Y esto nos lanzaba a ir por la vida de rodillas, haciendo reverencia ante tanta vida, al reconocer que “el universo es una maravillosa trama de relaciones porque Dios es una amorosa trama de relaciones”. El Dios trinitario es, en esencia, una inmensa red de amor que lo sostiene todo.


Llegó el momento de la comida y disfrutamos de una ensalada maravillosa, de un arroz hecho en coro y de postres variados (macedonia y dulces), todo hecho en casa y con productos de cercanía y muchos ecológicos. Además de infusiones y cafelitos variados.


Por la tarde recordamos que le está pasando a nuestra casa común: pérdida de biodiversidad, crisis climática, contaminación del aire, de las aguas, de las tierras, migraciones por muchas causas, también climáticas, explotación laboral y supervivencia diaria de miles de millones de personas. Y todo esto debido fundamentalmente a unos estilos de vida marcados por un capitalismo económico y cultural desenfrenado y sin límites, donde se asume acríticamente que toda la naturaleza, incluso que muchísimos seres humanos, están al servicio de nuestra forma de vida. Esta cultural depredadora nos hace estar alejados de la naturaleza y nos hace creyentes de un “paradigma tecnocrático” que cree que la ciencia y la tecnología lo solucionarán todo, como denuncia el Papa en “Laudato Sí” evidenciando su incoherencia y lo insostenible de esta forma de vivir y pensar. Como telón de fondo aparecía también la exhortación “Laudato Deum” presentada dos días antes, donde Francisco ha vuelto a hacernos consciente de nuestra responsabilidad personal e institucional.


Frente a esto recordamos que hay una respuesta a varios niveles. Nos invitamos a ser ciudadanos que promuevan cambios sociales y políticos, a discernir nuestro voto, a ejercer nuestra ciudadanía activamente. Pero nos centramos más en las resistencias que personalmente, como familias y como comunidades, tenemos para nuestra conversión ecológica. A saber: no vivir desde el agradecimiento, sino desde el deber costoso de cambiar hábitos y costumbres y de la renuncia en algunos casos, el no conocer alternativas o no verlas viables, la comodidad, el ritmo de vida donde a veces no cabe lo lento, lo manual y artesano, no ser consciente de cómo nos afecta nuestro estilo de vida, la presión social en el trabajo y otros ámbitos, pensar que no merece la pena, que lo que hacemos es una gota, etc. Pasamos después a compartir como podemos superarlas: acoger que estamos en camino, salir de espacios que no suman y conectar con otros transformadores, discernir, trabajar en la renuncia personal que lleva a más plenitud, caminar juntos comunitariamente, organizarnos para comprar, aprender de los hijos y vivir experiencias con ellos…


Terminamos el sábado con una celebración de la reconciliación donde, a partir de unas reflexiones duras y sentidas, fuimos más conscientes de como nuestro modo de vida occidental está degradando mucho nuestra tierra, pero también cómo desde abajo y juntos se construyen alternativas que generan vida, cuidado y transformación.


El domingo realizamos una meditación guiada para hacernos conscientes de que realmente somos naturaleza consciente y compartimos todo con la creación, somos parte de ella y nos admiramos de ello: somos polvo de estrellas…


El resto de la mañana del domingo la dedicamos a soñar como podíamos seguir creciendo en sensibilidad, en espiritualidad y en conversión ecológica. A modo de ejemplo sin querer ser exhaustivos soñamos con: proponer a nuestra comunidad y a otros grupos momentos de meditación-silencio antes de los encuentros y eucaristías, preparar encuentros de conversión ecológica en Andalucía, ofrecer espacios de conexión con la naturaleza, seguir trabajando con otros en la diócesis, en CVX y con otros grupos que ya existen, realizar los martes verdes, compartir recursos educativos sobre este tema…


Finalizamos el encuentro con una celebración de la Palabra y una “eucaristía consciente” donde disfrutamos de experimentar cuanta maravilla hay en muchos sentidos detrás del pan y del vino. Terminamos con el corazón hinchado, con ilusiones renovadas y con un profundo sentimiento de agradecimiento por todo lo vivido.


Es imprescindible agradecer a todas las personas que han hecho posible este encuentro, empezando por José Eizaguirre, el equipo de Ecología al Servicio de la Vida, el
Consejo Local de CVX Sevilla, el Centro Arrupe y por supuesto a todas las personas que
participaron: Ana de Claver, Ana Giménez, Ángel, Consuelo, Juan Antonio, Lorenzo, Lourdes, Macarena, Manolo, Mawi, Pedro, Rosa, Rosana, Sylvia y Teresa. Y como no agradecer la presencia de nuestros pequeños Pedro, Carmen y Francisco, de nuestras dos jóvenes guarderas y de los padres de Mawi que se unieron en el momento final. Una oportunidad especial de vivir y experimentar la interdependencia en el cuidado de la Vida. Porque sin duda, todo está conectado.

Manolo Sanchez Matamoros

CVX en Sevilla

1 Comentario

  1. marta rosario Sánchez García

    Gracias

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *