“No balconeen”

Para salir a las fronteras de las que tanto hablamos, hace falta disponerse. 

En alguna ocasión he oído al Papa Francisco decir “no balconeen”, es decir, no situarse en la vida como observadores sino como actores para ser voz de aquellos que no la tienen; sanadores de heridas de los que sufren.  

Esto es algo de lo que en nuestra asamblea de Málaga ha surgido, estar disponibles. Y cuando se me ha invitado a decir unas palabras sobre como he vivido la asamblea desde el servicio de acogida, esa frase del Papa ha resonado con fuerza.  

Días previos a la asamblea, me surgían miedos, dudas en cómo podía ser útil siendo tan “mindundi”, pero en ella he comprobado lo que dice la canción, “en mi debilidad me haces fuerte”. Confiar y amar, el resto lo pone Dios. Y claro, cuando uno se dispone, y de eso todos tenemos alguna experiencia, quedamos sorprendidos porque comprobamos que recibimos mucho más de lo que damos.  

Regreso a casa con mucho cansancio y horas de sueño, soñando con los movimientos de sillas, en fila, al centro, en “U”, a los laterales, ¿será posible moverlas más? …pues sí, sillas al astillero, donde pudimos celebrar uno de los momentos más bonitos de nuestra asamblea, una eucaristía donde se nos invitaba a bogar mar adentro, a dejarnos llevar por rumbos que el Espíritu nos vaya insuflando.  

Pero toda esa falta de sueño viene cargada de relaciones, amistad, de comunidad. He sido testigo, en mi primera asamblea, como a través de la conversación espiritual podemos escucharnos, y habitar las tensiones en un clima de paz y serenidad, como todo lo que viene del Espíritu. Salimos de ella unidos, alegres e impulsados al mundo para colaborar en su transformación intentando hacerlo más justo. 

Estoy profundamente agradecido de haber sido testigo de tanto trabajo realizado en pos del bien común, al consejo, a los equipos de diseño, facilitación y guía, redacción, trabajo sobre recomendaciones, anfitrión, a la oficina de misión, a la administración y al de acogida, al que he tenido la suerte de servir, en el que incluimos a Cristian, Cristina y Amaya, nuestros jóvenes que han sido finalmente uno más de él. 

Y estoy agradecido a aquellos que se han dispuesto para liderar nuestra comunidad y acompañarnos en el caminar, Itziar, Javier, Francisca, Ana, José. Rezamos por todos ustedes para que el Señor os dé la luz y la fuerza necesaria. 

En un momento de esta asamblea dos personas me llamaron desde lo alto de un tobogán gigante, donde a uno se le quita el hipo de la impresión, con una sonrisa, y, sólo basta eso, para vencer los miedos, alguien que confíe que puedes. 

Gerardo Hispán  

CVX en Granada

Equipo de acogida Asamblea

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