Querida Fazela.
Hace ya dos años que llegaste a nuestras vidas de un país lejano llamado Afganistán. ¡Qué poco sabíamos entonces de aquella tierra lejana! Nos la imaginábamos como un desierto estéril, con gentes curtidas por el sol y el calor, inmersas en continuos conflictos civiles. ¡Y qué poco sabíamos del cambio que tú y tu familia íbais a traer a nuestras vidas!
Saliste huyendo un día de agosto de 2021 entre disparos y bombas, el miedo en los huesos, corriendo para salvar vuestras vidas hacia un destino incierto. Atrás dejásteis hermanos, hermanas, cuñadas, sobrinos, sobrinas, amigos; una casa conseguida con trabajo y sudor (cuántos kilómetros recorridos visitando pueblos para dar charlas formativas sobre salud sexual y reproductiva a las mujeres…), vuestros ahorros de toda una vida, vuestra cultura, vuestro idioma, vuestra religión… vuestra Vida.
Un avión os dejó en un lugar llamado España y el azar de las administraciones os llevó a recalar en un pueblo llamado Aoiz, en Navarra, del que, seguro, no habíais oído hablar en vuestra vida.
Allí empezasteis un nuevo camino, una nueva vida: esperanza para tí y para tus cuatro hijos. Clases de español, escuela e instituto, formación en la Cruz Roja, atención sanitaria, un piso (a veces compartido) y una ayuda económica para poder comer.
Cuando alguien nos pidió ayuda para familias afganas recién llegadas a España, en nuestra comunidad CVX, yo lo viví como una llamada de Dios a acompañar vuestra necesidad, para ayudaros en la integración en nuestra sociedad y nuestra cultura. En estos dos años, hemos compartido comidas, fiestas, enfermedades, preocupaciones, rabias y mucha, mucha alegría.
Tú has aprendido algo de español, has vivido los sanfermines, has conocido el mar. Yo he aprendido que Afganistán es un gran país, donde se hablan muchas lenguas, donde conviven muchas culturas y religiones. Pero que la geopolítica, los extremismos, el fundamentalismo talibán, (tan lejos de la fe islámica en la que tú crees), han convertido, una vez más, en un infierno donde resulta asfixiante vivir.
Tú has hecho amigas y amigos a tu alrededor, que han sabido ver en ti más allá de aspectos externos, de idiomas y culturas distintas, una persona de gran bondad, valentía y determinación. Yo he encontrado una amiga, alguien con quien hablar y conectar desde el corazón, desde ese Ser profundo que une a todas las personas que habitamos esta Tierra.
Yo he aprendido que es bien poco lo que te puedo dar, porque es poco lo que necesitas. No sabemos qué nos deparará el futuro: tras dos años las ayudas institucionales se acaban, debes encontrar un piso para tu familia, formarte para poder trabajar, pues aquí no valen tus títulos afganos de matrona. Sabes que nunca volverás, quieres otro futuro para tus hijos y sobre todo, para tus hijas. Pero aquí, ahora, no lo vas a tener fácil.
Has sufrido mucho en estos dos años, pero quiero decirte que aquí nos tienes, que seguiremos luchando juntas por lograr una vida más digna, que recorreremos este camino juntas, Fazela, amiga, hermana.
Cristina Barrenetxea
CVX en Pamplona

Qué bonita!!
Qué profunda y qué real.
Cuánta vida constreñida sufriendo desde lo más hondo, Y sabiendo que son iguales que los demás, solo que no tuvieron la suerte de nacer y vivir donde lo hicieron otros con mejor suerte.
Gracias Cris, por acercarnos su historia.
De tu hermosa experiencia has expresado un hermoso resumen.
Este acompañamiento nos ha cambiado la vida a todas. Gracias por estar ahí y hacer más llevadero este camino.
Muchas gracias pir tu testimonio Cristina.
Gracias, muchas gracias por acercarnos experiencias de vida y de gracia, de dones y de anhelos, de providencia y de solidaridad.