Dios se comunica a cada persona de una manera particular y diferente. Por ello, hay tantas maneras de orar como personas. La oración es un don del Espíritu. No es posible controlar como se relaciona Dios con nosotros, pero si podemos utilizar distintos métodos, modos, herramientas para disponernos y abrirnos a la acción del Espíritu.

Para disponernos a la oración, San Ignacio nos propone “Dar un paso o dos antes del lugar donde me voy a encontrar con el Señor; de pie, por espacio de un Padrenuestro, considero cómo Dios me contempla, me abraza, me espera, etc.; y, lo saludo inclinándome respetuosamente” [EE75].

Con frecuencia el bullicio constante de la ciudad y el ritmo de vida generan una agitación interior que hace difícil considerar y sentir cómo Dios me contempla en un espacio tan breve como un Padrenuestro.

La danza sagrada, o danza contemplativa, es una herramienta que ayuda a tomar conciencia, a silenciar, a abrirse a la presencia de Dios y a dejarse mover por el Espíritu. Se puede danzar en soledad, si bien la danza en grupo formando un círculo aporta una dimensión comunitaria.

A nivel personal este tipo de danza es una oración en movimiento. Un medio que me ayuda a «disponerme» a adentrarme en el camino del silencio interior; a expresar con mi cuerpo lo que siento, los movimientos me invitan a dar y recibir; a moverme al compás de Dios; a sentir paz y armonía; a acogerme y acoger incondicionalmente a las personas con las que danzo. Es también un barómetro de cómo me mueve el Espíritu y de cómo me dejó mover por El.

Danzar en círculo mirando a una vela situada en el centro me abre a la trascendencia, pone mi mirada más allá de mí misma, al mismo tiempo que me conecta con mi interior, me une a otras personas y me enseña a adaptarme a un ritmo que siento marcado por el Espíritu y que genera comunión.

Te invito a descubrir qué se despierta en ti contemplando la coreografía de Saskia Kloke “In the Morning Light” en:

Fredes del Moral y Mª José Pro

CVX Caná en Madrid

Colaboradoras con el Equipo Misión Espiritualidad CVX-E